“Yo
hallé siempre más bella la majestad caída que sentada en el
trono”. Valle-Inclán.
Esta semana, con la
abdicación de Vicente Valero y la investidura de Antonio Narváez,
hemos asistido a dos farsas más dignas del teatro municipal que del
pleno del ayuntamiento.
Aplausos, gritos, euforia
y abucheos a la oposición. La mayoría absoluta del Partido Popular
investía automáticamente a Antonio Narváez como alcalde, por lo
que nos podíamos haber ahorrado toda esta parafernalia.
Al tener el papel para
escribir a quién votaba y mirar hacia el público en varias
ocasiones, dudando, he decidido personalmente votar a Antonio
Narváez, en contra de la decisión adoptada por la asamblea por
varios motivos:
1. El acto de hoy ha sido
plenamente un FORMALISMO, una pantomima que ha durado dos días para
hacer publicidad al Partido Popular, en lugar de hacerlo todo el
mismo día y ahorrar tiempo y dinero público al Ayuntamiento.
2. Como demócrata, he
querido demostrar que la democracia funciona y no es necesario que el
Partido Popular cambie el artículo 140 de la Constitución Española, la ley electoral municipal. Como prueba, he votado a Narváez, para mostrar a todos los
asistentes, todos eran votantes y asalariados del Partido Popular,
que respetamos la decisión electoral del pueblo. Frente a la
intolerancia de estos asistentes, que me han interrumpido en varias
ocasiones, he tratado de darles una lección de respeto, base de los
principios democráticos.
3. Vamos a derrotarlos en
las urnas, con un proyecto político y sin palmeros que hagan ruido
en el Pleno del Ayuntamiento, sin formalismos. Vamos a centrarnos en
políticas, en democratizar el empleo, en recuperar la administración
de los servicios básicos como la luz y el agua. No queremos echarnos
fotos, no queremos titulares de prensa, no queremos aplausos, no
queremos ver nuestro nombre escrito por todo el pueblo en placas y
mojones: vamos a derrotar a la casta mediante un programa político,
un compromiso con el pueblo entre iguales. He votado a Narváez
porque va a ser el pueblo el que lo eche en las próximas elecciones
municipales.
4. El voto me ha parecido
una buena forma de recordar a los más jóvenes que Vicente Valero
accedió al poder con un voto tránsfuga del PSOE.
Que me perdonen mi
asamblea y los votantes si se han sorprendido y ofendido por el
sentido del voto, me he visto inmerso en una farsa y he preferido
participar en ella de esta forma sarcástica, como un elemento más
de una obra teatral que tiene los días contados. Espero que estas
líneas lo aclaren. Y recordad: cuando el parlamento es un teatro,
los teatros deben ser parlamentos.
Vamos a ganarles.
Álvaro Morales Antrás
Portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida
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