A
Churriana llegó un “moreno” y los autobuses desplazaron
militantes y bocas agradecidas de toda la provincia para arropar al
flamante secretario general andaluz del PP. No se podían permitir
huecos en el auditorio que dieran lugar a que las malas lenguas
especulasen sobre el consenso en su elección por el dedo divino de
Rajoy y tal vez por eso se ha elegido un pabellón de deportes cómodo
de llenar y fácilmente accesible desde la capital. Había escenarios
más acordes a la importancia del visitante, pero no quisieron
correr riesgos. Fermasa o el Palacio de Congresos hubieran podido
acoger a cuatro o siete mil forofos, pero no estaba garantizada la
asistencia y había que evitar la amenaza de huecos, así que...
todos a Churriana, incluido el Presidente de la Diputación,
enamorado del residuo franquista de la Plaza de Bibataubín, y el
alcalde capitalino, enamorado de Isabel la Católica y su Toma de Granada.
Cuando digo “moreno”,
no me estoy refiriendo a una persona de piel negra, como esas a las
que el Partido Popular (no la Guardia Civil) condena al silicio de
las concertinas en Melilla o a balas de goma en Ceuta bajo la
advocación de Santa Teresa o la Virgen del Amor. Tampoco me refiero
a una persona con la piel oscurecida por los rayos UVA
o el sol playero de Valencia y de Andalucía, al estilo de Eduardo
Zaplana, Ana Mato o Javier Arenas. Cuando digo “moreno” me
refiero a una persona de oscuro currículum, sombrío nombramiento
como secretario general y negro dinero en sus bolsillos, de ese que
circula en sobres de la Gürtel que, dicho sea de paso, no es
Bárcenas, sino el PP. A Churriana ha venido nada más y nada menos
que Juan Manuel Moreno Bonilla, una cara nueva para la misma política
de siempre.
No han elegido mal el
sitio para su debut en los ruedos mediáticos, ya que en Churriana
las cuentas municipales son apartadas sistemáticamente de la luz y
los taquígrafos por Vicente Valero, al que se le llena
la boca de transparencia para explicar por qué no las facilita a la oposición como Dios y la ley mandan. Tampoco se ha
elegido mal la fecha, 8 de marzo, para un acto de promoción del presidente del Partido Popular, partido que nunca se ha distinguido por su apoyo a
las reivindicaciones de la mujer y prefiere celebrar el día de antes
sus sesiones fotográficas lejos de los gritos y pancartas de todas
las mujeres que han salido a las calles a denunciar el mayor ataque a
su libertad sufrido en los últimos cuarenta años. Ningún lugar
como Churriana para transformar una jornada reivindicativa en un
aséptico y casposo “homenaje”. Hay que agradecer, no obstante,
al PP churrianero que no haya imitado a sus compañeros de Getafe
obsequiando a las mujeres un delantal y una lima para las uñas.
Moreno ha hecho gala del
continuismo político y de la hipocresía propias de quienes se
aferran al poder como medio de vida. Ha hablado de confrontación
desde el púlpito de un partido que lleva en Granada tres
legislaturas confrontando con cualquier poder que no esté en sus
manos. Ha hablado de igualdad de oportunidades, en un pueblo cuyo
equipo de gobierno se opone a la creación de una bolsa social y
transparente de trabajo, para un auditorio que vota y aplaude las
políticas educativas, sanitarias y laborales que arrasan la igualdad
de oportunidades en toda España. Ha hablado de pacto por el empleo
en nombre de un gobierno que ha pactado con la patronal la
precarización del empleo y la eliminación de los derechos de los
trabajadores, cuyo resultado más evidente ha sido la destrucción de
empleo de calidad y su sustitución por empleo en régimen de
semiesclavitud. Y ha hablado de igualdad para la mujer el jefe de un
partido tradicionalmente opuesto a la paridad, a la homologación
salarial y a la conciliación de la vida laboral y familiar, además
de privar a la mujer de la capacidad de decisión sobre su propio
cuerpo siguiendo las directrices integristas de Rouco Varela.
Han tenido lo que
querían: fiesta, demagogia, besos, abrazos, fotos y televisión. Ya
quisiéramos en Churriana que los plenos del Ayuntamiento se hicieran
en horarios y días, como los de este guateque, que permitan a la
ciudadanía asistir a ellos conciliando la vida laboral y municipal.
Ya quisiéramos tal despliegue de cámaras en esos mismos plenos que
permitiesen su visionado en directo o en diferido, como algunos
sobresueldos y contratos del PP, al igual que sucede en otros
ayuntamientos que sí apuestan por la transparencia.
Lo dicho: Moreno, esa
nueva cara para esa vieja política, ha estado en Churriana.
Queda por saber el papel
reservado a Vicente Valero en la guerra interna que mantienen Sebastián Pérez y
Torres Hurtado por la alcaldía de la capital y las taifas de
Diputación. Ya hizo un intento de ser algo más que alcalde hace años y salió trasquilado.
Y también nos gustaría saber quién, cómo y con qué dinero se ha pagado el homenaje a Moreno. No nos gustaría salir en los papeles de la corrupción.
Y también nos gustaría saber quién, cómo y con qué dinero se ha pagado el homenaje a Moreno. No nos gustaría salir en los papeles de la corrupción.
Pepe Morales
Asamblea local de Izquierda Unida de Churriana.