Las necesidades educativas debieran abordarse atendiendo a dos
variables cuantificables: el número de niños y niñas a escolarizar
y el número de aulas disponibles para hacerlo de forma eficiente y
adecuada. Ambas variables son de sobra conocidas por la Comunidad
Escolar, el Ayuntamiento y la Delegación Provincial de la Consejería
de Educación, a pesar de lo cual Churriana cuenta con un importante
déficit de instalaciones para un alumnado que ha pasado de 200
matrículas en educación infantil en el año 2002 a 629 en el 2012.
El aumento de alumnado en la etapa de preescolar va afectando curso
tras curso a los niveles de primaria y de secundaria.
Tras la experiencia
sufrida para la construcción del IES Federico García Lorca, en la
que participé activamente junto al resto de la Comunidad Educativa,
veo con preocupación que vuelven a repetirse algunas de las
actitudes que retrasaron su construcción y que incidieron
negativamente en la idoneidad de un edificio que, sobre los planos,
ya se mostraba insuficiente para las necesidades reales de Churriana
a medio y largo plazo. El problema surgido este curso para
escolarizar al alumnado de infantil, no es más que la continuación
lógica de los problemas habidos en cursos anteriores y que han dado
lugar a que Churriana sea el pueblo de la provincia que más aulas
prefabricadas alberga.
El viernes 13 asistí a
un Pleno Municipal en el que Izquierda Unida presentó una moción
para crear una comisión compuesta por partidos políticos,
profesorado y AMPAS a fin de recabar los datos pertinentes y
determinar cuáles son las necesidades reales de infraestructuras
escolares de Churriana para dar una solución eficaz a medio y largo
plazo al problema. Desde el momento de su presentación, los
asistentes al pleno pudimos ver cómo el Grupo Popular y el Grupo
Socialista se ensarzaban en un cruce de acusaciones de culpabilidad
en lugar de posicionarse sobre la moción tal y como se presentó. En
contra de la moción votó el Grupo Popular y se abstuvo el Grupo
UPyD.
Ya sucedió, cuando se
abordó la construcción del Instituto, que el Ayuntamiento y la
Delegación perdieron un precioso tiempo culpándose mutuamente de
que Churriana no tuviese Instituto. Así llevaban una década,
enfrascados en papeleos y reproches, hasta que padres y madres
iniciamos una batalla que se prolongó durante unos tres años. Una
campaña de información constante a los padres y madres, una
presencia continuada en los medios de comunicación y una serie de
protestas públicas en la calle, hicieron que ambas administraciones
se pusieran las pilas y se centraran en la resolución del
problema. Lo peor de esos años de lucha fue el constante trabajo de
la Junta Directiva del AMPA para evitar que el PP y el PSOE locales
manipulasen y politizasen la labor de la comunidad educativa en su afán de
colocarse una medalla a todas luces inmerecida.
Culpables
La actual situación
debiera haber sido prevista por el Ayuntamiento de Churriana de la
Vega en el mismo momento que planificó la invasión de la vega por
el ladrillo. En el momento de poner al servicio de la especulación
inmobiliaria unos terrenos que duplicarían la superficie habitable
del municipio, debiera haber previsto el consiguiente aumento de
población y reservar los metros suficientes y necesarios para
construir un colegio. No lo hizo y sólo dispone de un solar de 8.000
metros, a todas luces insuficiente para la construcción de un colegio
de línea 3 que es lo que necesita Churriana. Ahora anda a la carrera
buscando soluciones para ampliar a 12.000 metros, pero se conforma
con la construcción de un centro de línea 2, un parche que es pan
para hoy y hambre para mañana mismo.
La Delegación Provincial
de Educación de la Junta de Andalucía conoce las necesidades de
infraestructuras desde hace años, tantos como llevan instaladas las
aulas prefabricadas y cerrados los porches del colegio Virgen de la
Cabeza. A pesar de ello, continúa mirando hacia otro lado y dando
por buenas soluciones “provisionales” que tienen los centros
escolares de Churriana saturados y llenos de despropósitos. Es la
Delegación la que pide al Ayuntamiento terrenos para un colegio de
línea 3 en la misma carta en la que dice que, si no se dispone de
terrenos, se hará uno de línea 2. La Delegación es perfecta
conocedora de que la construcción de un línea 2 no es suficiente
para retirar todas las aulas prefabricadas ni solucionará el
problema a medio y largo plazo.
Por su parte, la
ciudadanía de Churriana parece despreocupada del problema a
excepción de los padres y madres que este año han visto que sus
hijos iban a ser escolarizados en terrenos del Instituto. Es
lamentable que acepten las condiciones de infraescolarización si
ésta se realiza en el colegio Arco Iris o Virgen de la Cabeza sin
que les pese que sus hijos e hijas estarán en unos colegios ya
saturados en los que el espacio de recreo es cada vez menor y ocupado
por más alumnado. El resto de padres y madres dan por buena
cualquier solución que dé “alguien” para un problema que no es
“el suyo”.
Soluciones
Creo que sería
conveniente que las administraciones local y autonómica aparcasen
las siglas partidistas y dejaran de utilizar la educación en
Churriana como elemento de confrontación electoralista. Una vez
centrados en el problema, es imprescindible que se sienten, junto a
las AMPAS y al profesorado para estudiar seriamente las necesidades
de infraestructuras escolares y, a partir de las conclusiones,
buscar los medios y los recursos necesarios para dar una solución
al problema sin que éste se reproduzca cuando pasen tres o cuatro
años de la inauguración del nuevo colegio.
Las AMPAS tienen mucho
que decir y de su silencio se aprovecharán PP y PSOE para alargar en
el tiempo una situación que es insostenible desde hace ya demasiado
tiempo.
Pepe Morales
Asamblea local de Izquierda Unida
Totalmente de acuerdo. La historia escolar de Churriana demuestra que, efectivamente, no hay que pensar con las siglas para resolver los problemas; de lo contrario se vuelven endémicos. La única aguja a seguir debería ser aquella que nos lleve a una enseñanza digna y de calidad para nuestros hijos. Dar pasos en este sentido, además de una obligación y una responsabilidad, tendría que ser un motivo de satisfacción y orgullo (sano) para los padres, las madres y para la sociedad en general.
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