Cartel anunciador mejorable |
Si yo fuese alcaldesa atendería todas las peticiones que viniesen de colectivos o personas particulares de mi pueblo con la misma disposición y el mismo ánimo en todos los casos.
Si yo fuese alcaldesa y gobernara con un equipo, en lugar de hacerlo de manera sobrada y unipersonal, seguro que las decisiones tomadas tendrían menos flecos que cortar y aportarían muchísimo más valor añadido a mi pueblo y a mi vecindario.
Sí fuese alcaldesa y me solicitasen un parque de mi pueblo para una reunión motera, recibiría encantada a sus promotores y promotoras, dichosa de que hubiesen elegido mi pueblo para tal evento y orgullosa de que contaran con mi equipo para la celebración del mismo.
En un ambiente de mutua colaboración, seguramente mi concejalía de igualdad aportaría la idea de que utilizar la imagen de una señorita invitando al voyerismo poco tiene que ver con las motos y sí mucho que ver con una educación sexista diferente a la que se propicia desde la escuela pública y otras instituciones. Con toda seguridad, los promotores del evento se darían cuenta de que el cartel anunciador era manifiestamente mejorable para promocionar una velada de motos. Igual ocurriría con los y las go-gós, exponentes de una cultura del exhibicionismo más propia de salas de fiestas y alterne que de un parque público. A lo mejor se podrían promocionar artistas locales que practican disciplinas más apropiadas para todos los públicos como el break-dance, el cante o la magia, por poner tres ejemplos.
En el mismo ambiente de colaboración mutua, seguramente mi concejalía de tráfico propusiese actividades relacionadas con la seguridad (concurso de cascos homologados tuneados o carreras de velocidad inversa, por ejemplo) o con la conducción eficiente y sostenible. Aprovechar una concentración de expertos y expertas en la conducción responsable de motos es una oportunidad única para transmitir valores positivos a la juventud y para recuperar la imagen merecida del colectivo de moteros/as como personas responsables y modelos a seguir, que lo son. Sería un lujo que nuestra juventud contemplase una concentración lúdica y festiva combinada con un uso exquisito de los espacios públicos, viendo desfilar en orden y armonía por el pueblo un montón de piezas dignas de un museo, sin ruidos estridentes ni alocados caballitos o cabriolas de dudosa seguridad para quien los realiza y para los demás. Y por supuesto, jamás permitiría la entrada de vehículos al parque. Con toda seguridad, la organización estaría encantada.
Por último, con toda seguridad, mi concejalía de mantenimiento dialogaría con la organización acerca del cuidado y la higiene en el Parque de la Paz, aportando desde el Ayuntamiento los medios y el personal necesario para que el evento no dejase huellas negativas en la pueblo. Dado que el acto se autosubvenciona con una aportación económica de los participantes, se propondría estudiar una cuantía simbólica (a lo mejor uno o dos euros más) destinada la limpieza del lugar, beneficio a añadir a las dos bebidas, la comida, la bolsa de regalos, etc.
Eso sería si yo fuese alcaldesa y gobernase con mi equipo. Este año, la velada motera va a discurrir como se anuncia en los carteles avalados por el actual Ayuntamiento, lo que no quita para que, si lo estiman oportuno, copien alguna de las ideas aquí expuestas.
Ya ha habido un evento en el Parque en el que han metido cohes dentro del recinto y nuestro Ayuntamiento ha tenido la deferencia de poner una rampa de cemento para que no sufran los vehículos. Curiosamente, no hay rampas para sillas de ruedas o carritos de bebés.
Rampa provisional para entrada de coches. No hay para sillas de ruedas. |